domingo, 4 de septiembre de 2011

Un día de septiembre

Nos miramos. Ojos de incertidumbre, gestos del silencio.
Caminamos. Pasos de fe y pisadas sin creer, caminatas del no se.
Te besé. Recordé lo mágico que son tus besos, como me llevan por todo el universo de tu boca y de ti. Conversamos. Y me vi viejo y contento, lleno de días de sol y lluvias sobre el mojado techo de zin.
Dormimos. Despertamos, reímos y lloramos.

Cuando acabe con el mundo... seguirás ahí?

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