A Dios que lo sabe todo, le pido perdón por todas las veces que pude ofenderlo, y por descuidar los regalos tan preciados que me ha entregado. Le pido que me perdone por cualquier actitud incorrecta, acción errónea o pensamiento impuro. Y a ti que no lo sabes todo, te pido que me perdones por cualquier promesa rota, por las palabras de mi boca que te ofendieran y te hirieran, y por cualquier acto que te deshonrara. Te pido que olvides la imprudencia que me hizo en algún momento dudar de tus labios, de lo cual, me arrepiento profundamente, pero en el error descubrí lo que ya sabía, que solo tú podías llenar ese lugar en mi.
Muchas cosas que dejamos incompletas, muchos sueños que no matamos y las miles de metas que juntos nos trazamos. Jamás pienses que fueron en vano, el tiempo jamás se pierde, el tiempo pasa y nosotros lo vivimos en nuestro momento. Momentos llenos de TODO, realmente de todo, colores, olores, sabores, sonidos, tactos, todos los sentidos en su apogeo. Muchas altas y bajas algunas llegando al cielo y otras arrastrándose por el suelo. Me parece que fue mucho lo que vivimos con tan poco tiempo, veo atrás y parecen 20 años y ahora que comienzo a sentir que realmente estas lejos, que realmente no estás aquí, pienso en todas las veces que nuestro pensamiento se nubló y que por la vida diaria amargamos algo tan bello.
Luego de tratar de aclarar mi pensamiento sentimental e intentar con la razón, que se supone que convenza aunque me este gritando, entendí tal vez la razón de todo esto. No es la razón que me da tranquilidad, (porque desesperadamente quería saber el porqué), ya sabes que cuando uno hace algo malo solo se acude al Hijo para que él interceda al Padre por nosotros, o sea, que uno se arrepiente una sola vez y no hay que seguir con penitencias, dicho esto la única PAZ la da Dios. Por eso aunque duela, de vez en cuando me entristezca, me de nostalgia, coraje, quiera quedarme durmiendo todo el día, o me ponga rebelde y me crea el mas “jangiador”, aunque todas esas cosas ocurran tengo que aferrarme al único que lo dio todo por mí. Te invito a que tomes la misma actitud… Por eso a Dios lo que es de Dios y a Cesar lo que es de Cesar. Solo rendimos cuantas a El individualmente. No puedes tomar mis cargas ni yo las tuyas, solo puede El que las llevó en la cruz y por nuestra paz y salvación murió.
No sé lo que nos traiga el futuro, o la próxima semana. Pero te digo una cosa. Si sé que cuando le ofrecemos nuestros corazones a Jesús, todas las decisiones que tomemos siguiendo los mandamientos, todo, pero todo tendrá un significado y saldrán las cosas bien para su gloria y honra.
Nuestras vidas estaban (aun lo están) en un punto donde teníamos una necesidad de que nuestra relación se moviera hacia a delante. Al verse estancada no tuvo más remedio que terminar con ella. Si continuábamos en la misma lucha inmóvil, tal vez te seguía haciendo daño, nos seguíamos hiriendo con el tiempo y construíamos una relación no saludable como lo fue por algún tiempo. Tal vez seguíamos golpeando la piedra más veces de lo que lo hiso Moisés. Y ahora podríamos decir que andamos todo el desierto, te saque de Egipto, comimos maná, vimos las grandes cosas que Dios puede hacer y aun así, no veremos la tierra prometida. Pues tal vez es cierto, tal vez no veremos la tierra prometida que estaba separada para nosotros. Pero Dios lo sabe todo y no quiero adelantarme a su plan y ya he dejado esa ridícula obsesión de querer saber el futuro o el plan de Dios. El plan de Dios es ahora, lo que podamos hacer con las cosas que nos dio HOY, ese es su plan, las cosas que sucederán cuando con responsabilidad tomamos la mayordomía de lo que nos regala cada día, la luz en nuestros ojos. La espada él la maneja pero en nuestras manos está para usarla.
Por último, que el pasado no nos aceche, que el por venir no nos asuste y que tomemos un momento para pensar en la misericordia de Dios para nosotros. Dios ha sido bueno y tenemos que vivir agradecidos día tras día. Sigamos caminando con una sonrisa optimista y mirando hacia adelante, buscaremos a Dios y todo lo demás será añadido, que aquello que no necesitemos sea destruido. Que la Paz del Señor sea contigo por siempre, hasta luego mi compañera.
Amén.
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